La puesta en escena

La puesta en escena, como así también el diseño escenográfico, están en una constante búsqueda de resignificación del espacio escénico. Nuestra intención es lograr un paralelismo, entre la escena y el público; a partir de diferentes componentes el espectador comenzará a participar de la obra de una manera activa. Buscamos que se sienta incluido en aquello que ve.
Primero y principal, necesitamos un escenario cercano al espectador. Es el espectador el que tiene que estar elevado en gradas, y no debe haber un pasillo central, sino mas bien dos pasillos laterales.
En las gradas, estarán ausentes (en los mismos espacios) aquellas dos butacas, que se encuentran en el escenario. En el suelo del espacio escénico, se formará en madera una falsa escuadra, empezando en el panel posterior y terminando justo con las dimensiones de las gradas. Así, logramos un falso espejo de lo que sucede en escena y en el público, dejando entendido que aquellas dos butacas faltantes en el público se encuentran en escena, y las butacas faltantes en la escena, se encuentran en el público. Este recorte escénico, estará debidamente señalado por luces en distintos momentos de la obra.
Otro de los recursos utilizados está en el programa de mano. En la tapa del mismo, se encontrará la Frase “Momentos de una vida miserable”. Mientras que en la parte posterior, todos los datos de la obra. Esta frase, es de gran importancia en la comprensión de la obra, y fue la invitación que el personaje de Él recibió para ir a ese cine. Es ese cine en donde los personajes están, donde el espectador también fue invitado.
Para entrar a la sala, el espectador debe tener esa tarjeta de invitación, pero no necesariamente tiene que entender para que la tiene. Es el espectador quien descubre lentamente el por que tiene esa frase, y que significa tanto para él como para los propios personajes el tenerla.

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